sábado, 29 de mayo de 2010

Mirándome con sus grandes ojos claros, esa mirada como enamorada, como las de antes. Nos quedamos en silencio mirándonos un rato, y su mano acariciando mi espalda. Entonces le sonrió y me devuelve la sonrisa. Así como él solo puede hacerme sonreír. Me besa y se acomoda en mi pecho. Tenía mucho sueño pero no quería desperdiciar ni un segundo. Quería quedarme en ese momento para toda la vida.

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